Benjamín Osorio: el legado de la esperanza
El 6 de junio de 2015 como tantas veces, todas las que podía, estuve es esa ciudad de mis recuerdos: Mérida. Allí de visita usual entre adultos mayores del geriátrico “Ricardo Sergent Fornez”, brisando la lentitud dispuse al tiempo de las escrituras y me adentré en los retazos de vida de la gente del páramo, en ese lugar de reposo descubrí el huerto de Benjamín Osorio un adulto mayor con sus 87 años, sin recursos y olvidado por la vida. Buscó su oportunidad en la adversidad.
El personaje no poseía conocimientos formales de economía, pero ante los avatares de la encrucijada, decidió en la parte de atrás del geriátrico, y solito, hacer lo que de joven trabajó hasta su eternidad: sembrar. Como lo quisieron Alberto Adriani y Arturo Uslar, con sus callosas manos y el sentido de vida en su corazón, deambulando por las calles se encontró con los centros de enseñanza de la ciudad, allí observó desechos sin utilidad para la educación formal, pero llenos de oportunidades para transformar esas cajas en semilleros, así crea un pequeño huerto y rescata no solo lo que se consideró inservible, se reencontró a si mismo con las capacidades que tuvo, que creyó perdidas y que ahora toman nueva vida. Con su ingenio hizo mas con menos.
A escondidas lo hizo para comer y compartir con otros mayores, lo que en este país se les niega después de tanto trabajar. Él lucha frente a la cercanía de de la explosión inflacionaria, no sabe si es una hiperinflación u otra cosa, él ha decidido quedarse, desconoce lo que es irse. Pensó y actúo con flexibilidad.
Todo está en imágenes, como dijo Ernst Friedrich Schumacher, “Lo pequeño es hermoso”, es un vergel de pocas cosas, creadas desde la simplificación de complejidad, orientado hacia la necesidad mas que al deseo. Todo se mantiene simple. Es la búsqueda permanente de oportunidades que reducen y eliminan los procesos no esenciales, los cuales deben ser externalizados a agentes capaces de realizarlos con garantías suficientes y a un bajo costo.
Paso a paso, Benjamín produjo más de lo necesario y pudo intercambiar el excedente por semillas en el Mercado Municipal de la ciudad, llevó cilantro, albahaca y lo que muestra la imagen a los hogares vecinos, y obtuvo más recursos, y diversificó su pequeño huerto. Su trabajo genera excedentes, su actividad incluye márgenes.
A Benjamín lo tenían por loco, desconocen que quienes aman lo que les rodea, hablan con la naturaleza, y él lo hace con las maticas, es la locura de amar. Se muestra la foto del sembradío y también su conversación con las plantas que cultiva. Asume sus tareas, las hace con sentimiento.
Es la sabiduría de la simplificación de los procesos de la cotidianidad, es una propuesta diferente fundada en:
- Escala: Lo importante es conseguir muchos nuevos clientes, alrededor de muchas pequeñas unidades productivas.
- Margen: El margen que deja cada comprador es muy pequeño, pero suficiente para asegurar el incentivo al emprendedor, sustentabilidad y capacidad de replicación.
- Procesos: Los procesos de llegada al consumidor deben ser ligeros y flexibles, con bajos costos de transacción.
@fjcontre35