A. Baumeister: Una nueva forma de estado republicano

por Alberto Baumeister Toledo

Ya se nos terminó la capacidad de asombro a los que algo teníamos que ver con el Derecho.  Esta semana fuimos sorprendidos, con otra nueva decisión insostenible y aborrecible de la ciudadana presidenta del tribunal supremo.  En efecto sus declaraciones al Diario de Caracas, reproducidas por otros medios dan cuenta de que por su simple  voluntad y en declaraciones a la prensa, por acuerdo tomado por las demás salas, se decidió alertar a los integrantes de los demás tribunales, bajo apremio de sanción, sobre la imposibilidad de dictar medidas cautelares que supongan o conlleven el secuestro de inmuebles arrendados en espera de un decreto o decisión de quien se declara Presidente para regular tales situaciones.

Es decir, el poder judicial, quien tiene a su cargo la recta y cabal aplicación de la Ley y en especial del Código de Procedimiento Civil,  obediente y sumisamente con el poder ejecutivo, por una simple declaración o acuerdo, que no por norma de igual rango  y conforme a las técnicas procesales, complacientemente, deroga el ordenamiento procesal, para desaplicar las medidas cautelares  procesales, precisamente en un caso donde las mismas a todas luces son procedentes.

Ya no solo se está acabando con el concepto de la propiedad y sus atributos, sino con los mecanismos de defensa de la misma, para extinguirla al dejarla sin protección  ejecutivo quien a sus anchas aplica e interpreta las normas jurídicas, para que callada y sumisamente el Poder Judicial respalde tales decisiones e interpretaciones.

Amen de lo dicho, la formula de derogar la normativa vigente, se la simplifica en extremo, ya no vale la pena llevar tales asuntos ante la Asamblea Nacional, órgano natural del poder legislativo, sino que por simple declaración de un magistrado judicial se derogan o abrogan las potestades legislativas y además se impone y regulan sanciones para los que desacaten tales exabruptos.

Que muera pues el Derecho y sus instituciones, tenemos ahora una nueva forma de ejercicio de los poderes del Estado Democrático, mas simple y sencilla que toda su jerigonza habitual, similar y a tono con la adoptada por el poder legislativo, que ya no asume la función de legislar, sino que la delega al ejecutivo por adelantado, y  por tiempo en que inclusive han cesado las funciones de aquellos, para facilitar al ejecutivo el hacer lo que quiera y como quiera por una bicoca temporal de diez y ocho meses.

Que viva pues ese nuevo estilo revolucionario de nuestro estado democrático, que anticipa la demolición de los poderes de un estado y da lugar al nacimiento de una nueva forma republicana, donde el dictador de turno se paga y se da su vuelto. (Las minúsculas son adrede)

Email: bautole@gmail.com

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