Por Vladimir Kavan
Hoy en la mañana de este domingo de resurrección, me tocó despedir al compañero del apartamento, quien se mudaba para Alemania donde fue contratado.
En la tarde, después de almorzar, me llamo a la atención, que me sentía liberado, con un alivio como si me hubiesen quitado un gran peso de encima. Ese peso me estaba negativamente afectando sin yo tenerlo plenamente consciente.
El sujeto en cuestión es un ingeniero de computación, que vino a Europa desde la India. Él es de nacionalidad hindú.
Estuvo viviendo en el apartamento por un año. El no causo problemas de conducta, y cumplió con su compromiso contractual de alquiler al pie de la letra.
Pero…, y varios peros. Inconveniencias.
La experiencia que me dejo es una gran lección. Me recordó al escritor inglés Rudyard Kipling, que escribió “La balada de Oriente y Occidente.” “OH, el Este es el Este y el Oeste es el Oeste, y nunca los dos se encontrarán; Hasta que la Tierra y el Cielo se encuentren actualmente ante el gran Juicio de Dios…”
Aquí vivió como si él estuviese viviendo solo, o sea que jamás compartió. Por ejemplo, durante todo el año que vivió aquí, nunca se sentó a comer en la mesa del comedor. El preparaba su comida hindú, y se la llevaba a su cuarto a comerla en soledad, a puerta cerrada. La comida que consumía era toda de recetas hindúes, usaba especies y condimentos que producen fuertes olores, y saturaba de ello a todo el apartamento. Cuando yo regresaba de la calle y abría la puerta principal, puf me pegaba en la cara ese fuerte olor. Nunca lo vi consumir comida de Occidente. Hay más ejemplos con el mismo tema de aislamiento, y querer seguir viviendo como si estuviera en su tierra natal.
Hoy día situaciones como las que he descrito aquí, se repiten por toda Europa. Traen gentes de otras culturas y religiones que no son cristianas, y vienen en masa para no integrarse, y como se está viendo en algunos países, crean movimientos políticos y religiosos con la finalidad de cambiar al país anfitrión, a semejanza de las leyes y costumbres de su país de natal.
En resumen, los europeos están muy equivocados en sus políticas inmigración. Me pregunto: ¿cuándo van a despertar?
*Corresponsal de eastwebside en Praga