Venezuela pagará el aumento de tasas de China

Ana Palomares, analista de elEconomista.es de España, analiza acertadamente las consecuencias del ajuste de las tasas de interés que ha realizado el gobierno de China. Un alza que todos los analistas daban por descontado. Sin embargo, el simple anuncio logró detener el rally de final de año en las ventas de acciones en las principales bolsas de occidente. El día de ayer (27-12-2010), todas las bolsas cerraron en rojo.China anunció el aumento de las tasas a 5,81%, con el objetivo de frenar la inflación que se ha ubicado en el 5,1. Medida que ha estado precedida por limitaciones a los créditos y mayores requerimientos de capital para los bancos, en una ofensiva anti-inflación de la política monetaria.

La medida de aumento de las tasas en China, limitará “el crecimiento del gigante asiático y, por ende, de los países occidentales”.

China exhibe un crecimiento del 9%, en tanto que las economías occidentales difícilmente muerden el 2%. Si la economía China deja de comprar, occidente deja de vender. China no compra, porque su economía crece menos, y el mundo mostrará también un crecimiento menor. Lo que no debe extrañarnos. En los últimos cinco años el aumento del precio de las materias primas se ha debido a la compras de China e India. Ambos países, y sobre todo China, han impulsado los precios de las materias primeas al demandar en mayor cantidad cada año la compra de petróleo y sus derivados, acero, cobre, plata, oro, etc.  Todas estas compras para alimentar su industria manufacturera, que suple tanto el mercado local, cada vez más comprador, y las exportaciones.

Otra medida que Ana Palomares reseña en su trabajo, son las limitaciones establecidas por el gobierno de Beijing para la matriculación de nuevos vehículos para frenar la contaminación, lo que limitará las importaciones provenientes de EEEUU y la Unión Europea. Industria que genera en occidente la mayor parte de las exportaciones hacia China.

La respuesta de los mercados, ante el anuncio chino de elevar las tasas, no se redujo simplemente al de las acciones. Los bonos estatales, también sufrieron en las bolsas.

Señala la analista Palomares que, aparentemente, el razonamiento de los inversionistas ha sido que “si China crece menos, Europa también lo hará y por tanto los Gobiernos tendrán que rascarse más el bolsillo para conseguir financiación, lo que se traduciría en un incremento de los rendimientos de sus emisiones de deuda pública” (de ahí que el sector de bancos fuera el segundo que más retrocedió ayer).

La pregunta que nos hacemos, de este lado del mundo, es cómo afectará a Venezuela estas decisiones que toma el gobierno Chino en su política monetaria.

Venezuela, en el último año ha aumentado su dependencia de la economía China. El Convenio China-Venezuela otorga financiamiento chino a proyectos en Venezuela que son pagados con venta de petróleo a futuro.

Los venezolanos, al menos lo que no están el alto gobierno, desconocemos los alcances del acuerdo, sobretodo la letra “chiquita” de los contratos.

La creciente inflación en China hace que sus productos sean más caros. El aumento de las tasas en ese país hará que su economía crezca menos, y por lo tanto compre menos materias primas. Lo que a su vez tendría como consecuencia una disminución de los precios.

Venezuela, país exportador de petróleo, acero y aluminio, vería reducidos sus ingresos en los próximos meses.

En el caso del petróleo, manera de pago de Venezuela a China, eso significaría que cada vez más deberíamos enviar una mayor cantidad de petróleo para cancelar el financiamiento chino. Lo que a su vez se traduciría en un aumento de la frontera en años para pagar la deuda proveniente del convenio China-Venezuela.

El cuento, no precisamente chino, no sería tan importante como las cuentas chinas. Deudas que Venezuela debe pagar y que ahora le parece al gobierno haber logrado una “estrategia brillante” para contrarrestar el comercio con el occidente capitalista. Se olvida el gobierno venezolano, o al menos lo ignora, que el sistema comunista chino es político, y su economía capitalista pura.

Tomemos por ejemplo los anunciados 3 millones de electrodomésticos que el presidente anunció que va a comprar a la multinacional china Haier.

Como informamos en el mes de septiembre, “Haier, muy a pesar de lo asegurado por el presidente, es una empresa multinacional china que se cotiza en la bolsa de valores de Shangai. Para 2010, Haier ganó un 49,64% más que en el 2009, al obtener una ganancia de 168 millones de dólares. Los ingresos de la empresa, de acuerdo a lo reportado a la Bolsa Shangai, alcanzaron los 4.883 millones de dólares. El grupo Haier es el cuarto grupo manufacturero de línea blanca y de las 100 empresas más grandes de China. Haier tiene 240 subsidiarias y 30 centros de diseño y más de 50 mil empleados en el mundo.”

Haier no es una empresa socialista, ni cooperativa socialista. Es una empresa capitalista “por todo el cañón” como se dice en venezolano. Su introducción en Venezuela de mano del gobierno, casi monopólicamente, tiende a acabar con la competencia del mercado de electrodomésticos. Recordemos, que las primeras importaciones pudieron ser vendidas a precios menores, por que se les exceptuó del pago de los impuestos de importación. Además, no tuvieron el calvario de hacer los trámites de Cadivi.

Tomando como ejemplo el mercado de electrodomésticos, es posible proyectar las consecuencias e impacto de la economía china en la economía venezolana.

Siendo el mercado monopólico, al estar Haier prácticamente sólo en el mercado venezolano, los aumentos de precios en China se verán reflejados de inmediato en los productos que venda en Venezuela, porque al ser un monopolio, no tendrá competencia. Al principio esos productos podrán parecer más baratos. Con el tiempo, con una inflación galopante en China, empezaremos a ser impactados por esa inflación china.

Otra de las consecuencias vendrá por la vía de la oferta de productos en calidad, cantidad y variedad en posición monopólica. Al no haber competencia, podremos estar condenados a tecnologías obsoletas, a pesar de estar acostumbrados a disponer de tecnologías puntas en estos productos. Por esta vía, dejaremos de usar tenedores y cuchillos para terminar comiendo con palitos chinos de madero.

Probablemente, decir que “pagaremos el aumento de tasas de China” no sea del todo correcto. Pero en nuestra dimensión, pagaremos algo de ese aumento.

Fuente: Redacción

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