Venezuela 2020: ¿Dónde estamos parados?

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Con un negro porvenir.

Por Eduardo Martínez

La agencia Bloomberg News publicó el viernes que asesores del presidente electo Joe Biden estarían considerando aliviar sanciones al régimen de Nicolás Maduro a cambio de que Venezuela celebre elecciones libres y justas.

Esa coletilla de Bloomberg, “a cambio de que Venezuela celebre elecciones libres y justas”, no dice mucho para los venezolanos que no olvidan los resultados de cada una de las negociaciones que se han realizado entre el régimen chavista y la dirigencia de la oposición, desde el 2003.

La economía manda

Los venezolanos tienen una comprensión de la situación económica a la medida de las estrecheces en sus bolsillos. Lo que de alguna manera -más científicamente- señalan los economistas en sus análisis.

Tal vez esas leyes y razonamientos econométricos no sean entendidos del todo. Pero sin lugar a dudas la gente no requiere tantos números para tener la exacta percepción de la crisis. Los bolsillos vacíos o insuficientes hablan claro, no mienten.

Diciéndolo de otra manera, en las aulas los profesores de economía leen el enunciado de una ley económica, escriben en la pizarra la fórmula asociada, para luego ilustrar el concepto con un ejemplo. En la Venezuela del 2020, basta con describir el ejemplo que se vive diariamente para que los venezolanos entiendan correctamente el principio económico.

Los derechos humanos

Otro factor que está a la vista de los venezolanos son la actividad represiva y coercitiva de los cuerpos de seguridad -militares y civiles- del régimen. No necesitan leer los reportes de la Corte Penal Internacional (CPI) ni de Amnistía Internacional para estar al tanto. Lo ven en la calle cada día. Lo ven en los medios, cuando se dan cuenta cada vez que desaparece un periodista de los micrófonos y las cámaras.

Otro tanto ocurre, cuando ven como detienen o se van al exilio, los principales dirigentes nacionales o regionales de los partidos políticos de oposición.

Los derechos políticos

Otro vértice de la situación es el relativo al voto. Cada vez votan menos electores, y cada vez el régimen obtiene más votos y triunfos.

Este hecho es uno de los más evidentes para los venezolanos. Cualquier elector tiene cerca de su casa un centro de votación, y los resultados que publica el CNE son inversamente proporcionales a las personas en las colas para votar.

El CNE tarda cada vez más en producir “resultados irreversibles”, con colas cada vez menores. Eso está a la vista. Como dice en la prensa: “una imagen dice más que mil palabras”.

El control social

Hace unos 10 años, los expertos y analistas políticos comenzaron a señalar que el régimen estaba tomando medidas para imponer el “control social”. Eso no se entendió entonces.

Hoy en día, ya todos entienden perfectamente que es el control social, una vez se impusieran las medidas impuestas para presuntamente evitar la proliferación de contagios del Covid-19.

Nadie pudo por meses legalizar documentos, renovar documentos de identidad, viajar inter urbana o internacionalmente. Así como desplazarse entre zonas de las grandes ciudades.

Hay otros factores de ese control, como la desaparición del papel moneda venezolano. No hay billetes para pagar en efectivo. Eso ha restringido la libre comercialización y disminuido el poder de compra de los consumidores.

Tal vez es el confinamiento en casa, el elemento más perturbador del control social. En un país, en donde cerca del 40% de la masa laboral se brega su sustento en la economía informal -o “cuenta propista” como copió el régimen del léxico cubano- el confinamiento ha traído el hambre, la desnutrición y la miseria.

A esta calamidad hay que añadirle la mentira de la educación virtual. Sin electricidad la mayor parte del día, sin velocidad suficiente en internet y con la realidad de que más de la mitad de los venezolanos no tienen computadoras en casa, la educación virtual es un factor de apartheid educativo.

Es así como se incrementa la brecha social, la falta de oportunidades y se fomenta la ignorancia y el ocio de nuestros niños y jóvenes.

La sumatoria

El venezolano tiene ante sí lo que ocurría antes del año 1999, frente a las penurias que vive en el 2020. En los últimos 20 años los únicos que han escalado posiciones sociales, son los jerarcas y los llamados “enchufados”. Nadie más. Por eso han emigrado entre 7 y 10 millones de venezolanos. Se han ido en aviones, lanchas, vehículos y hasta a pie, arriesgando sus vidas a otras latitudes. Van en búsqueda de las oportunidades que Venezuela antes les ofrecía.

Esos factores, ligeramente señalados anteriormente, se suman para conformar lo que las encuestas -hasta las ordenadas por el mismo régimen- están indicando. Cerca del 80% de los venezolanos rechazan a Nicolás Maduro, al gobierno y al partido de gobierno. Los únicos items que encabeza el régimen en las encuestas son el del rechazo y la desaprobación.

Con estos números, que comparten los venezolanos, no hay posibilidad que el régimen gane elecciones “libres y justas” como señaló el viernes la nota de la agencia Bloomberg. Y el régimen lo sabe. Aunque parece que algunos políticos estadounidenses -vendedores de ilusiones- no lo saben, o no lo quieren saber.

(*) Editor www.economiavenezolana.com

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