Jesús Alberto Castillo: El arte de despedazar a un candidato

«No maltrates hoy a quien mañana te puede ser útil», Arístides Calvani

Por Jesús Alberto Castillo (*)

Uno no sale de su asombro al ver a muchos expertos en descalificar figuras que pueden ser necesarias para un proceso de cambio político en el país. Son esas voces extremas que se niegan a aceptar la realidad de los hechos en el contexto electoral actual, más allá de las razones que puedan esgrimir. El problema, y pareciera aún no comprendido por este sector, es que en Venezuela hay un régimen que no va a permitir participar a nadie que le huela a Maria Corina. Eso es la realidad y, aunque no la compartamos, tenemos que ser conscientes de apostar a la candidatura que pueda garantizar una transición en este país.

Para infortunio de esa inmensa mayoría de venezolanos esperanzados, se ha desatado una guerra sin cuartel contra Manuel Rosales acusándolo de ser «traidor», «colaboracionista del régimen» y «divisionista». !Qué caradurismo! Pues, hasta no hace mucho era «un gobernador ejemplar de la oposición», «el honorable líder del Zulia que ha derrotado al PSUV en su feudo». Cosas incomprensibles en momentos de necesaria unidad y de pragmatismo político para salir de este voto con la fuerza del voto. Pero,  siempre hay excusas para seguir cometiendo errores y permitir la prolongación de la agonía de un régimen que ha hundido en el más completo cuadro de miseria e indignación a un país entero.

El «gran pecado» de Manuel Rosales fue inscribirse a las presidenciales con la tarjeta de UNT en medio de una diatriba interna e indefinición de la Plataforma Unitaria para postular a su candidato. Esa es la verdad que muchas de esas voces no quieren reconocer. Rosales, con sentido de pragmatismo político, hizo lo que le correspondía a un político versado. Se pueden tener divergencias con él, eso es tan natural en el campo político, pero es inconcebible que se satanice o despedace su candidatura por caprichos o intereses grupales. El interés del país debe estar por encima de esas diatribas internas.

El gobernador del Zulia le ha dicho al país que está dispuesto a dialogar y disponer su candidatura por quien decida la Plataforma Unitaria. Eso es una actitud de un estadista que piensa en el futuro del país. Es un claro mensaje de desprendimiento político, aunque también le sobran méritos como a María Corina para ser Presidente de la República. Está consciente de que lo inmediato es preservar y reforzar la ruta electoral ante otro camino que se intente tomar. El régimen está desnudo y seguirá incentivando la división y diatriba interna de los factores democráticos, cuyas expresiones tienen eco en varias voces extremas que hoy atacan a Rosales.

Mientras estas confrontaciones ocurren en el seno de los sectores opositores, los venezolanos tenemos un gran deseo de cambio y queremos votar para hacerlo posible. Esa guerra sucia a Rosales, aunque algunas voces no quieran entenderlo, genera desconfianza y frustración en el elector. En consecuencia, se convierte un preludio para la abstención que solo beneficia a Maduro para quedarse no solo 6 años más sino el tiempo que le plazca.

A estás horas se tiene previsto una reunión entre María Corina, Manuel Rosales y la Plataforma Unitaria. Eso es un buen escenario para dirimir esta estéril diatriba y decidir por una candidatura consensuada y unitaria que permita darle confianza a los venezolanos. Ojalá prive la sensatez, el diálogo y el realismo político ante el panorama electoral que se avecina. Habrá que tener conciencia del necesario proceso de transición, el cual requiere negociar con el oficialismo. Pues, quien gane la Presidencia el 28 de julio debe estar preparado para ser investido el 10 de enero del 2025. ¡Se impone el discurso conciliador, la diplomacia y la negociación!

(*) Politólogo y Profesor Universitario

«Las opiniones aquí publicadas son responsabilidad absoluta de su autor».

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