por Isabel Idárraga
Marisol conversa con su esposo acerca de su deseo de irse de compras apenas reciba sus Utilidades. Este la escucha con atención y, en cuanto tiene la oportunidad, le pregunta cuánto destinará para el proyecto de la construcción de su patrimonio personal de acuerdo a lo que han establecido como objetivo de pareja. Marisol se queda callada, lo mira y luego le responde: “gracias por traerme a nuestra realidad y recordarme nuestras prioridades”.
Las utilidades son un pago adicional al sueldo que, normalmente, reciben los trabajadores hacia el fin de año. En algunas empresas entregan esta retribución en dos partes, una a mitad de año y la otra hacia el final del mismo y el monto varía de una organización a otra. El dinero percibido por este concepto genera un movimiento adicional en la actividad comercial al ser gastado en las celebraciones decembrinas o en la compra de regalos o artículos de uso personal y el hogar.
Las personas que cuentan con un plan financiero elaboran, con anticipación, un presupuesto para el uso de este ingreso adicional. Lo distribuyen en función de los objetivos que quieren lograr lo cual les da una ventaja sobre las personas que no planifican. Utilizan parte del efectivo para pagar deudas como un préstamo hipotecario o para hacer inversiones como la compra de moneda dura para proteger el valor del dinero que en el largo plazo contribuirán a incrementar su patrimonio personal.
La preparación de un presupuesto debe hacerse por escrito y, para la familia, puede constituirse en una actividad que permita a todos sus miembros conocer a que se destinan los ingresos no regulares así como el rendimiento esperado de las inversiones planeadas. El tener las metas claramente definidas es de gran ayuda para hacer el mejor uso del dinero y las mejores son las que permiten que el grupo familiar disfrute en el mediano plazo de una mejora considerable de su calidad de vida.
Antes de elaborar el presupuesto es importante definir metas con valor monetario y fecha de logro y conocer el monto de las deudas. Hay que empezar por destinar el mayor porcentaje del efectivo al objetivo cuyo cumplimiento genere un impacto positivo relevante en el nivel de vida del grupo familiar. Si una madre soltera dedica buena parte de sus ingresos mensuales a los pagos de intereses de la tarjeta de crédito, un aporte adicional a esta deuda aliviará su situación financiera futura.
Marisol invita a Fernando a dedicar un tiempo el próximo fin de semana a preparar el presupuesto de las utilidades que recibirán ambos. Afortunadamente cuentan con un plan financiero en el que han contemplado metas inteligentes cuyo alcance les garantizará, en el largo plazo, un retiro con fondos suficientes para cubrir las necesidades propias de la tercera edad y, en el corto y mediano plazo, un incremento en la calidad de su nivel de vida.
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