Por Eduardo Martínez
El 26 de julio, una fecha que abrió en su momento grandes esperanzas en los desfavorecidos del mundo, nos sorprendió la renuncia de la primera vicepresidente de la Comisión Nacional Primaria (CNP).
No esperábamos esta noticia. Faltando tres meses para la realización del evento electoral opositor, ya se está en la etapa operativa final para que los venezolanos puedan escoger su candidato presidencial.
La tarea nunca se dijo que fuera fácil. Sobre todo, frente a un régimen repleto de triquiñuelas electorales que hegemónicamente todo lo domina.
Hace unos meses, cuando conocimos la integración de los miembros de la CNP, expresamos nuestras reservas cuando empezaron a tomar decisiones. Nombres desconocidos y, a la vez, hasta con desconocimiento de la política y la organización de elecciones.
Cuando el CNP empezó a tomar las primeras decisiones, se encendieron las alarmas. Entre ellas, el que el CNE -el ente electoral que maneja a discreción el régimen- manejara el proceso de Primaria.
Fueron muchas las voces que alertaron este craso error. La decisión evidenciaba el desconocimiento, hasta histórico, del CNE manipulado procesos y resultados. En efecto, la principal petición de los gobiernos democráticos del mundo y de los partidos políticos venezolanos, es que la solución de la larga crisis venezolana pasa por la realización de elecciones democráticas, justas y transparentes.
Sin embargo, el CNP siguió adelante en solicitar el “apoyo” del CNE, hasta que comenzó el sabotaje “institucional”, con presuntos avances y marcados retrocesos. Hasta llegar a un punto en el cual debieron asumir lo inevitable: con el CNE era imposible montar una Primaria, y si se hubiera montado, garantizar la participación de todos los venezolanos, y también garantizar un resultado justo en el cual se tuviera confianza.
La renuncia
Tal vez para entender un poco más la renuncia de la vicepresidenta del CNP, es de buena ayuda leer con bisturí su carta de renuncia.
En el tercer párrafo de su misiva, la susodicha señala que “hoy, no están dadas las condiciones técnicas y logísticas para que el proceso de primaria sea una consulta amplia y al alcance de la mayoría de los venezolanos” exponiendo como prueba de lo señalado “el tratamiento que se ha dado a los votantes en el exterior”.
Resulta que el CNE, al no poder controlar el proceso en el exterior, no tuvo entre sus objetivos que esos venezolanos votaran. Son cerca de 5 millones de votantes, la mayor parte de ellos sin derecho a voto porque el régimen no ha querido abrir los centros de inscripción, por una parte, y donde además no tiene reconocimiento ni posibilidad de abrir centros de votación. Ese avispero, como se indica en los pasillos del CNE, no lo quieren alborotar.
En el cuarto párrafo de la carta, se señala que “no existen las garantías necesarias, con el proceso de voto manual”. Curiosamente, un criterio utilizado hasta la saciedad por los jerarcas del régimen para justificar el uso de máquinas de votación, donde nadie tiene seguridad de los resultados ni confianza en los resultados. Claro, es la única manera de tener resultados “irreversibles” el doble del tiempo que un proceso manual de “lápiz y papel”.
Terminando ese cuarto párrafo, expresando “Me duele asumir que este proceso de primaria está siendo utilizado por intereses que, lejos de creer en la fortaleza del proceso democrático electoral, hoy juegan a enrumbarnos por proyectos personales y no colectivos”.
Lo que probablemente le convierte en el principal párrafo de la carta de renuncia, al parecer más bien una confesión de la renunciante.
No más notables
La renuncia a esta altura es una clara señal de torpedeo a la línea de flotación de la Primaria. Es un claro acto de sabotaje. Es un cambio de acera en la actual coyuntura política.
Las razones que esgrime la renunciante existían cuando le propusieron integrar la directiva, nada más y nada menos que como 1era. vicepresidenta. Lo que lleva a plantear tres hipótesis: 1) no calzar lo necesario y ser una ignorante de la organización de elecciones; 2) estar orientada por intereses personales, como dice en la carta; y/o 3) fines inconfesables.
Las anteriores hipótesis quedan al análisis y elección del lector.
Un antecedente
Lo sucedido con esta renuncia, no es un evento ni primerizo ni único en la historia política venezolana. A principios de 1998, el Congreso Nacional emprendió la difícil tarea de designar una nueva directiva del CNE. Directiva que regiría el proceso presidencial.
Con gran cuidado, la totalidad de los partidos políticos participaron de las negociaciones parlamentarias. Al final, se llegó a un acuerdo con mayoría casi absoluta. Pedro Carmona sería el presidente del ente electoral.
Carmona se reunió con cada uno de los partidos políticos. Lo que al final permitió la conformación de una directiva que gozaría de confianza y aceptación política.
A unas horas de la sesión bicameral para designar la nueva directiva, el señor Carmona mandó a avisar que renunciaba y no aceptaba el cargo. Todo se desmoronó en minutos.
La solución fue designar presidente a quien estaba propuesto como 1er. Vicepresidente, un prestigioso militar retirado. Pero la crisis no había terminado. Al mes de designado, en su caminata semanal en El Ávila, el vicealmirante murió víctima de un infarto. Hubo que buscar a toda carrera un nuevo presidente para el CNE. Se designó a un abogado muy honorable, e impensable de cualquier acto indigno.
A 25 años de su designación, podemos dar fe de su honorabilidad y dignidad personal. Sin embargo, tuvo que enfrentar situaciones que nos llevaron a los lodos que tenemos hoy en día. La conspiración chavista presionaba, y por desconocimiento electoral y falta de experiencia política, junto con esa directiva no supo contener las maniobras.
Compromiso: la palabra clave
No podemos terminar este recuento sin llegar al menos a una conclusión. ¿Cuál es la palabra clave en todos estos sucesos?
La palabra clave es compromiso. Cuando no se está “comprometido” con la causa, se producen impensables consecuencias como las renuncias. Tal vez por el ego de figurar de los llamados “notables”, o de adquirir ese “status”.
Cuando se tiene compromiso, se está comprometido con, lo imposible es la posibilidad de hacerlo. Seguir hasta más allá de donde -parece a vista de muchos- que no se puede seguir. Porque los problemas se hicieron para resolver.
No podemos seguir caminando en esta crisis al lado de prospectos de “not-ables” que no está comprometidos. Porque … estas aguas, fueron las que nos trajeron estos lodos.
PD: No tenemos la intención de ni nombrar ni mostrar a la renunciante. Primero, porque la culpa no la tiene el loco, sino quién le dio el garrote; y segundo, para no lesionar el ego de la ex 1era vicepresidenta.
Para leer la carta de renuncia:
https://www.eastwebside.com/wp-content/uploads/2023/07/carta-de-renuncia-cnp.jpg
Para comentarios y preguntas:
@ermartinezd