El mundo gira al revés
Algo pasa, que ante los sucesos sangrientos de la semana, pareciera que el mundo gira en sentido contrario. Resulta ahora que los asesinatos no son todos iguales. Unos son rechazados y otros no. Occidente se vuelve timorato con algunos hechos, mientras que con otros el rasgamiento de vestiduras es inmediato.
Hace cuatro días, en Afganistán un atentado islamista ocasionó 85 muertos y 147 heridos, en su mayoría niñas, producto de la activación de un coche bomba y dos explosivos. El sangriento suceso se registró contra una escuela femenina de la minoría chiita hazara en Kabul.
Un portavoz explicó que “casi todas las víctimas son niñas en edad escolar, ya que era un turno de niñas y estaban saliendo de la escuela durante el ataque”, difundió la agencia EFE.
En octubre pasado, en el barrio habitado por la minoría hazara sucedió otro atentado contra otro centro educativo, que dejó 24 muertos y 57 heridos. Y hace un año, en ese mismo barrio, fue atacada una maternidad en la que murieron 16 personas, entre ellas, según informaron entonces las autoridades, “dos recién nacidos, madres de recién nacidos y matronas, a los que dispararon”.
Sin embargo en occidente, y salvo las notas de prensa de las agencias, este inaceptable asesinato de las niñas no tiene el impacto que se le otorga al nuevo enfrentamiento entre israelitas y palestinos, donde el movimiento Hamas atacó con misiles las ciudades de Jerusalén y Tel Aviv.
En esta nueva escalada de un conflicto que se prolonga por casi un siglo, Israel ha desplegado un “escudo” de defensa anti misiles que ha neutralizado los ataques. A la vez, ha respondido con bombardeos a los lugares en la franja Gaza desde donde se han lanzado los misiles.
Es obvio, como se espera que ocurra con acciones de guerra, que a consecuencia de los ataques de lado y lado, fallezcan hombre, mujeres y niños inocentes, en lo que los militares llaman “daños colaterales”. Es parte de la tragedia de las guerras y los enfrentamientos armados.
Sin embargo, es imperdonable el asesinato de las niñas afganas. No es un daño colateral. Es un brutal asesinato que debe ser repudiado, y llevados a tribunales los terroristas responsables.
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Fotografía cortesía de Afghanistan Times