Por Domingo González Villegas
Lo menos que se puede hacer, es callar. Es tan evidente la hipocresía practicada en todos los niveles del acontecer social que me asombraría si no fuera porque he leído una suficiente dosis de novelas, cuyos acciones se desarrollan, desde las estepas rusas, pasando por buena parte de las Europas hasta llegar a nuestra América, incluso Asia y África, lo que me ha permitido morigerar el desasosiego amenazante de las comedias o sinfonías que son montadas a diario en las redes.
Cómo es posible que existan múltiples acusaciones contra la farmacéutica Pfizer que se podrían catalogar de, cuando menos, delitos genocidas masivos, inducido por personas también identificadas y señaladas públicamente?; es imposible, desde mi perspectiva, que no se supiera que los funcionarios de la ONU, asentados en Gaza, son miembros del terrorismo militante cuyo programa se ha estado desarrollando cuidadosamente, desde hace algún tiempo. Que el padre y él mismo, ladrón de PDVSA, el último, porque hay otros, estaban en Venezuela como producto de un programa muy bien diseñado en procura y al servicio del islamismo militante? Que, como dije hace unos días, nuestro país es un laboratorio donde se están experimentando atrocidades sin parangón, en detrimento de la sociedad en su conjunto?
Sí, inaudito que esa novela o representación, se esté llevando a cabo ante nuestros ojos y permanezcamos impertérritos ante tamañas desmesuras.
Atractiva, digna de una mente laboriosa, la trama que se está desarrollando o presentando. Pero ello, en caso de la novelística, más, si no es ficción, qué nos espera, no sólo a los habitantes de acá, sino a toda esta franja que va desde Bering hasta Cabo de Hornos?
Insisto, acaso somos palúdicos, no sentimos que vamos rumbo a un sótano de donde no hay regreso posible, cuyo lugar de expansión es la América toda y su epicentro Venezuela, teniendo la espoleta letal en nuestra Amazonia?
¿Somos conscientes o estamos esperando que otros hagan lo que nuestro deber nos impele a hacer?
* Profesor doctorado UCV.