Dilemas de las instituciones universitarias en el Siglo XXI

Raquel Centeno, Directora de Investigación y Postgrado de la UNEXPO, elaboró un trabajo sobre la conceptualización de la nueva universidad dentro de la sociedad del conocimiento. Este trabajo fue  presentado en la XXVIII Reunión Internacional de Gulerpe, el Grupo Universitario Latinoamericano de Estudios para la Reforma y el Perfeccionamiento de la Educación.

En esta ocasión, los miembros del Grupo se reunieron del 24 al 27 de noviembre en la Ciudad Universitaria de la UCV, en un evento organizado por la Universidad Central de Venezuela-UCV, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador-UPEL, y a la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre-UNEXPO.

GULERPE es una Organización de derecho privado, sin fines de lucro, fundada en Guadalajara, México, el 23 de abril de 1965 y cuyos principios están en conformidad con los declarados en las Cartas de la ONU y de la OEA.

Teniendo como objetivo la discusión de nuevas estrategias en las universidades, la profesora Centeno tuvo la cortesía de enviarnos un resumen de su trabajo para ser publicado en www.eastwebside.com

Las nuevas instituciones de Educación Superior dentro de la sociedad del conocimiento

Por Raquel Centeno

EL MUNDO DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Figura 1 Tendencias en la Distribución de Tareas Rutinarias y No-Rutinarias en el lapso 1960-1998 (Autor, Levy, & Murnane, 2003)

El mundo actual requiere nuevas habilidades muy diferentes a las que se han enseñado hasta ahora. La transición desde la economía agraria enfocada en la tierra y el trabajo físico, pasando por la era industrial caracterizada por las materias primas y el trabajo combinado hombre-máquina hasta la economía tecnológica sostenida sobre la base de la creatividad, el conocimiento y la inteligencia humana, ha provocado desplazado el porcentaje de trabajadores por ocupaciones desde lo que podríamos denominar la clase obrera (manufactura, construcción y transporte) hacia los prestadores de servicio (cuidado personal, servicios alimenticios, trabajo administrativo). De hecho estas nuevas fuerzas económicas han permitido la emergencia de una nueva clase creciente (aproximadamente un tercio del empleo actual) que podríamos denominar los creadores, compuesta por aquellos a los cuales se les paga por crear nuevas ideas, tecnologías o contenidos creativos (ciencia, ingeniería, arquitectura, diseño, educación, arte, música y entretenimiento.

La característica más importante de estos nuevos trabajadores (que incluyen profesionales en administración, finanzas, derecho y salud) es su compromiso en solucionar problemas complejos que involucran formular juicios y tomar decisiones de manera independiente y elevados niveles educativos. En ellos se valora creatividad, el pensamiento crítico, diferenciación y méritos y se les otorga mayor autonomía y flexibilidad.

El argumento central de la investigación de Autor, Levy y Murnane (2003) es que los puestos de trabajo con demanda creciente exigen habilidades que las computadoras están inhabilitadas para replicar: pensamiento experto y comunicación compleja. La primera hace referencia a la resolución de problemas inéditos que no se pueden afrontar en forma algorítmica, mientras que la segunda se refiere a la capacidad no sólo de entregar información sino de transmitir a los demás cierta interpretación adecuada de la misma.

En la región latinoamericana se verifican fuertes desventajas frente al fenómeno global de la internacionalización de la Educación Superior y el trabajo, particularmente en el área tecnológica (Cajas, 1999). Este como todos los problemas estratégicos no reconoce fronteras y su solución demanda esfuerzos conjuntos entre las diferentes instituciones a nivel local y regional. (Estado, Empresas, Universidades, ONG’s). Las redes académicas a nivel local y regional son interlocutores válidos ante gobiernos democráticos y progresistas.

EVOLUCIÓN DE LA UNIVERSIDAD

Las Universidades nacen en la Edad Media con una función estrictamente asociada a la enseñanza de las grandes ciencias de la época (Teología, Medicina, Leyes). Las Universidades Clásicas se establecen entre los siglos XVIII y XX e integran educación e investigación. La investigación exige un importante nivel de autonomía y está impulsada a partir de la ciencia mediante la secuencia: Investigación Básica, Investigación Aplicada, Desarrollo Tecnológico, Comercialización y Escalamiento.

En la misma época emergen las Universidades Politécnicas con la misión de crear conocimientos útiles para la sociedad, orientadas al entrenamiento y desarrollo de profesiones. Aun cuando no desde sus orígenes, la investigación por excelencia en estas instituciones debe apartarse del modelo lineal de investigación impulsado por la ciencia y orientarse a la identificación de necesidades de Investigación y Desarrollo en la industria y la sociedad mediante la inteligencia de negocios o social, respectivamente (Woodhouse & Sarewitz, 2007).

La meta de la producción de conocimientos a nivel de instituciones politécnicas tiene que ser el bienestar social, de modo tal que desde el entorno de nuestras instituciones se establezcan objetivos y controles. Heinze y colaboradores (2009) confirmaron la importancia que revisten factores como la autonomía, el liderazgo, el financiamiento flexible y la comunicación dentro y entre organizaciones para la creatividad en la investigación científica. La generación de conocimientos exige: (a) libre acceso a la información, (b) libertad de expresión y (c) autonomía responsable. Para alcanzar la meta propuesta deberá balancearse la libertad individual de los investigadores y el interés público (ver Figura 2).

Figura 2 Condiciones para obtener bienestar social mediante la investigación en universidades politécnicas

En la economía del conocimiento las universidades deben ejercer un rol que permita convertir el conocimiento académico en crecimiento económico (Bourelos, Magnusson, & McKelvey, 2010). La nueva universidad se visualiza como un centro de excelencia cuya misión sea contribuir al crecimiento de la economía a través de la educación y la investigación, esta última entendida como una combinación de las funciones de creación, transferencia y explotación del conocimiento (Fagerberg, Mowery, & Nelson, 2006). En el nuevo modelo se esperan beneficios específicos como retorno a la inversión en investigación científica y se plantean agendas de investigación vinculadas a objetivos productivos y sociales. El reto para las políticas públicas es la paradoja que se observa al contrastar las elevadas inversiones en Investigación y Desarrollo con un bajo retorno de inversión (ver Figura 3 elaborada con data tomada de Farrell (2008)).

Figura 3 Retorno de la Inversión por Investigación en las Universidades Norteamericanas

La nueva universidad se exige a sí misma:

  • Que la investigación sea multidisciplinaria, colaborativa y de clase mundial.
  • Que realice investigación sobre una Agenda vinculada a objetivos productivos y sociales.
  • Que genere y mantenga un plan institucional de fortalecimiento de investigadores (intercambios, pasantías, reinserción, PhD, estancias postdoctorales).
  • Que preste un servicio de educación de calidad homologada internacionalmente.
  • Que mantenga programas de postgrado orientados tanto a la profesionalización como al grado académico.
  • Que se inscriba en políticas de movilidad para estudiantes y docentes.
  • Que tienda puentes a la industria y cree redes con otras organizaciones educativas y empresariales tanto públicas como privadas, así como con instituciones gubernamentales y sociales.
  • Que comercie sus desarrollos científicos y tecnológicos y genere nuevos negocios imaginando como la sociedad puede utilizar lo que nunca antes ha estado disponible para atender sus necesidades.
  • Que sea capaz de una gestión efectiva, moderna, eficiente, flexible, que rinda cuenta y sea socialmente responsable.
  • Que se preocupe por planificar y alcanzar su sostenibilidad financiera.

EL PROBLEMA: DESCONFIANZA

La desconfianza no permite establecer relaciones sólidas y fructíferas entre las Universidades y el Estado, así como entre las Universidades y las Empresas. Las relaciones se construyen sobre la base de la confianza y no a partir de la credibilidad (el primero es un estado más visceral mientras que el último tiene mayor carácter racional) para desarrollar confianza los actores deben tener la voluntad de ser influenciados por el otro, compartir información valiosa, ser consistentes, honrar los compromisos, entender los límites de la relación y actuar con justicia (Morell, 2006).

Los obstáculos a la creación de vínculos entre las Universidades y las Industrias en América Latina se originan en:(i) la minúscula demanda de innovaciones que solicitan las empresas, (ii) una cultura en la investigación académica que no valora la importancia económica de la actividad investigadora, (iii) la carencia de planes de comercialización de tecnologías en las universidades, y (iv) escasez de recursos humanos especializados, tanto porque las Universidades no alientan a sus ingenieros para completar estudios de postgrado orientados a la investigación en áreas relevantes para la innovación tecnológica(maestrías y doctorados), como por la falta de conciencia entre los directivos de empresas y propietarios de la importancia de la innovación para las mejoras de la productividad en el largo plazo que restringen las perspectivas de empleo adecuadamente remunerado para los postgraduados en disciplinas científicas en el área industrial (Bitran, 2008).

PROPUESTAS DE SOLUCIÓN

Conociendo que las facilidades institucionales son el factor más relevante que le permiten explicar a los investigadores venezolanos y mejicanos porque se consideran o no como productores de conocimientos, expresados en productos tangibles (Albornoz, 2010), se puede proponer que el camino para lograr los elevados fines de las instituciones politécnicas pasa por generar confianza, y respeto que se traduzcan en alianzas que permitan integrar el sistema de ciencia y tecnología con el de educación superior dado que la investigación se realiza mayoritariamente en el seno de estas instituciones. Esta integración, en el caso venezolano, promovería la generación de nuevos indicadores de desempeño universitario que permitan diversificar las fuentes de presupuesto público.

Más allá de cada institución es fundamental implementar redes de colaboración que mediadas por la tecnología permitan crear consorcios para abaratar la libertad en el acceso a la información, estimulen la movilidad de estudiantes y docentes para fortalecer el recurso humano especializado, amparando a las instituciones en proceso de crecimiento con el paraguas de la madurez institucional que poseen las instituciones élite de cada país y que ya han mostrado en el contexto internacional, particularmente, las universidades mexicanas y brasileñas. Ganar experiencia en investigación es una necesidad complementaria respecto a entrenar investigadores noveles, especialmente si el intercambio se planifica para potenciar los resultados por la interacción multidisciplinar.

En todo caso, la colaboración es un proceso intrínsecamente social de allí que es un fenómeno multifactorial complejo como cualquier otra forma de interacción humana. En el contexto investigador puede entenderse la colaboración como el trabajo conjunto de investigadores con la finalidad común de generar nuevos conocimientos científicos. En el nivel más básico son las personas las que colaboran y no las instituciones para que una alianza interinstitucional se perciba como una colaboración deben existir mecanismos intensivos y formales de trabajo conjunto.

La investigación moderna es una actividad de complejidad creciente y exige un amplio repertorio de competencias siendo frecuente que ningún individuo por si sólo posea todo el conocimiento, habilidades y técnicas que se requieren. La colaboración incrementará la posibilidad de dominar en lapsos acortados la gama de aspectos que la investigación demanda, compartir tales conocimientos se convierte en el principal impulsor de la transferencia tecnológica y a partir de la sinergia y la divergencia se convierte en un estímulo a la creatividad. Finalmente la colaboración incrementa la visibilidad y la difusión del trabajo científico.

Necesariamente la colaboración tendrá asociadas algunas desventajas que deben superarse, tales como los nuevos costos financieros de los viáticos por traslados y demandas logísticas, la inversión de tiempo para concordar los aspectos de planificación y difusión de la investigación dado que son prácticamente inevitables las diferencias de opinión. Así mismo cuando el proyecto es ambicioso en términos del número de investigadores e instituciones participantes se requiere una estructura burocrática para la gerencia del proyecto. Finalmente cuando se establecen acuerdos de cooperación interinstitucional se hace necesario reconciliar los derechos sobre la propiedad intelectual, los sistemas de remuneración y promoción, así como diferencias culturales.

Referencias Bibliográficas

Albornoz, O. (2010). Factores que influyen y condicionan la alta y baja tasa de productividad académica en América Latina y el Caribe. Análisis de la relación entre la producción y productividad académica. Reporte Técnico, UCV, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, Caracas.
Autor, D. H., Levy, F., & Murnane, R. J. (noviembre de 2003). The skill content of recent technological change: An empirical exploration. The Quarterly Journal of Economics, 1279-1333.
Bitran, E. (2008). El desafío estratégico para las Universidades Chilenas. Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, Santiago de Chile.
Bourelos, E., Magnusson, M., & McKelvey, M. (16 de Marzo de 2010). Dimetic. Recuperado el 1 de Noviembre de 2010, de http://dimetic.dime-eu.org/dimetic_files/Moving%20beyond%20the%20paradox%20Searching%20for%20the%20key%20factors%20in%20research%20commercialization_MaureenMcKelvey_MatsMagnusson_EvangelosBourelos.pdf
Cajas, F. (1999). Public understanding of science: Using technology to enhance school science in everyday life. International Journal of Science Education, 21(7), 765-773.
Fagerberg, J., Mowery, D., & Nelson, R. (2006). The Oxford handbook of innovation. USA: Oxford University Press.
Farrell, M. (12 de Septiembre de 2008). Forbes.com. Recuperado el 1 de Abril de 2009, de http://www.forbes.com/2008/09/12/google-general-electric-ent-tech-cx_mf_0912universitypatent.html
Heinze, T., Shapira, P., Rogers, J. D., & Senker, J. M. (2009). Organizational and institutional influences on creativit in scientific research. Research Policy, 38, 610-623.
Morell, L. (2006). The imperative to reform engineering education and build multi-stakeholder partnerships for economic development. Conferencia, HP.
Sylvan Katz, J., & Martin, B. R. (1997). What is research collaboration? Research Policy, 26, 1-18.
Woodhouse, E., & Sarewitz, D. (2007). Science policies for reducing societal inequities. Science and Public Policy, 34, 139–150.

Un comentario

  1. Excelente trabajo y muy bien enfocado, apuntando hacia la Universidad 3.0, es necesario preparar las estructuras de la universidad para aprovechar las herramientas tecnológicas, las tendencias sociales y la gestión del conocimiento. Éxito!!!

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