¿Democracia? …. Cuando la historia importa

Spread the love

Por Eduardo Martínez

En Venezuela la democracia se inventó en los tiempos de las dictaduras. El Siglo XX, para no entrar en las confusiones políticas del Siglo XIX, arrancó con el régimen del caudillo Cipriano Castro. Continuó en 1908 con la mano dura de su compadre Juan Vicente Gómez, hasta 1935.

En esa larga dictadura de 27 años, resalta un evento en febrero 1928, que marcó un antes y un después de la historia venezolana, cuando los jóvenes se alzaron en la Semana del Estudiante.

A partir de ese suceso los venezolanos tuvieron en su futuro una meta y una promesa: la democracia. Compraron esa idea.

Ese sueño, porque en ese momento no podía ser otra cosa, fue madurado en las cárceles gomecistas y en el exilio. Los jóvenes no cedieron en su lucha, y ya entrando en la madurez, cristalizaron en 1945 en la llamada Revolución de Octubre. Así sembraron las bases reales del inicio de un sistema democrático.

En ese período que duraría tres años (1945-1948) los venezolanos tuvieron sus primeras elecciones libres, se escribió una Constitución de carácter democrático, se eligió directamente por primera vez un presidente -Rómulo Gallegos- y se concedió el voto universal a todos los ciudadanos mayores de 18 años, incluyendo a las mujeres, entre otros logros.

Se cometieron muchos errores. Después de tantas décadas de regímenes autocráticos, la convivencia democrática no fue fácil. Eso fue lo que ocurrió. Un golpe de Estado en 1948, borró la democracia de la realidad del país. Debiéndose esperar otros 10 años, hasta enero de 1958, antes de volver el país al cauce democrático.

Hasta este punto del breve recuento histórico, hemos mencionado varias veces la palabra democracia. Lo que igualmente sucedía de boca de los gobernantes desde la independencia hasta ese año de 1945. Y volvió ha ocurrir entre 1948 y 1958.

Es verdad que algunos gobernantes podían tener intenciones democráticas, realizaban elecciones y asumían el gobernar en nombre del pueblo. La estructura de la Nación no era democrática, las elecciones no eran ni libres ni transparentes, no había separación de poderes, y no se respetaban los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Con el derrocamiento del dictador en 1958, en Venezuela se abrió un proceso de democratización, que permitió cuatro décadas de crecimiento económico y social nunca antes experimentado por los venezolanos.

Han pasado 23 años del fin de ese período. Los beneficios y logros desaparecieron; hay cerca de 7 millones de venezolanos que emigraron solo en los últimos 8 años; la alternabilidad se esfumó; no hay separación de poderes, solo de partidas presupuestarias; y la prensa ha dejado de ser libre.

En este contexto, hay una gran diferencia entre la Venezuela anterior a 1945, y la Venezuela del 2022. Entre 1928 y 1945, los venezolanos soñaban con democracia. Intuían que podía ser bueno. En el 2022, saben lo que es una verdadera democracia. Y no se dejan engañar.

Solo esperan que las elecciones sean transparentes, para expresar su voluntad, y que los resultados sean respetados. Porque en definitiva, la historia importa y los venezolanos lo saben.

editor@eastwebside.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *