El representante del máximo órgano de control del país se encuentra en la capital austriaca participando junto con la delegación diplomática venezolana, en las reuniones de los grupos de trabajo sobre la Prevención de la Corrupción y sobre la Recuperación de Activos de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que se celebran del 13 al 17 de diciembre de 2010, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas.El Contralor General de la República, Clodosbaldo Russián, ratificó el compromiso del Organismo que dirige en la lucha contra la corrupción. Esta afirmación fue hecha durante una entrevista concedida a la sala de prensa de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Austria.
El informe señala que los países donde sus ciudadanos perciben que la corrupción más ha empeorado en los últimos tres años son Senegal (88 por ciento), Rumanía (87), Venezuela (86), Papúa Nueva Guinea (85), Portugal (83), Perú (79) y Pakistán e Irak (77).
El contralor venezolano explico desde Austria, que esta Organización se constituyó en el año 1995, y a partir de ese entonces ha venido produciendo lo que ellos llaman un ranking, lo que popularmente se usa en el boxeo, para calificar, en su criterio, cuáles países son corruptos.
Russián aclaró que ellos no utilizan ninguna metodología que tenga rigor científico, pues se basan simplemente en percepciones, tal como lo han mencionado sus directivos en distintas ocasiones. Las encuestas que realizan se dirigen al sector bancario, comercial y financiero, determinando que esto no tiene ningún fundamento en la realidad. Debemos mencionar que esta organización nunca ha hecho una auditoría para que sus encuestas tengan soporte.
Por esta razón, nosotros en Venezuela siempre hemos calificado de irresponsable estas calificaciones porque ciertamente están sesgadas políticamente, y no es casual que precisamente los países que tienen una orientación progresista sean los que estén señalados por la Organización como los más corruptos, en tanto que aquellos países en donde la inversión pública tiende a favorecer a los sectores económicamente poderosos, son privilegiados.
El Contralor advirtió que dichos informes perjudican a Venezuela, debido a que cualquier señalamiento de corrupción difundido a nivel planetario, como es el caso de Transparencia que tiene esa cobertura, trae como consecuencia que las inversiones extranjeras disminuyan, aumentando de cierta forma el «riesgo país», obligando a Venezuela a pagar más intereses por los créditos que se puedan obtener en el exterior. Además, afirmó que nadie conoce cómo son elegidos sus directivos, ni de qué manera son financiados para que ellos operen.
«Particularmente en Venezuela esta organización se convierte en un instrumento para arremeter en su contra, pretendiendo desacreditar al Gobierno Nacional con el apoyo de la prensa. Para nadie es un secreto que los dueños de los medios de comunicación son los mismos dueños de la banca, el comercio y la industria, que a su vez fueron los que estuvieron al frente en el golpe de Estado en contra del Presidente Hugo Chávez en abril de 2002».
Para finalizar el punto sobre Transparencia Internacional, el Contralor Russián pidió a los venezolanos que no crean en las mentiras que esta Organización difunde, porque ciertamente tiene un sesgo político para desacreditar al Gobierno y, sin duda, Venezuela está comprometida en la lucha contra la corrupción. La Contraloría General de la República no descansa en la lucha contra la corrupción y seguirá haciendo su trabajo.
«En esta reunión, que se lleva a cabo en la ciudad de Viena, en donde están representados los países partes y signatarios de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, se está buscando una metodología para poder medir o determinar los niveles de la corrupción, porque todavía no la tenemos», aseveró el Contralor Clodosbaldo Russián.
En este sentido, Russián hizo referencia al señalamiento del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, con toda su sabiduría milenaria asiática, quien afirma que «uno de los obstáculos principales es que no se sabe cómo medir la corrupción, lo que constituye una necesidad decisiva en nuestra lucha contra un enemigo invisible. Lo mejor que se puede hacer es determinar la impresión que tiene la ciudadanía sobre la corrupción, sin embargo, hacerlo es como medir el humo en el lugar del fuego».
Fuente: Prensa CGR, Transparencia Internacional