
En la continuación de la implementación de un modelo único de importación de alimentos, ya el gobierno anunció que tanto el azúcar como los lácteos serán importados únicamente por la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas-CASA.
En cuanto a los lácteos, la industria deberá adquirir de CASA la leche en polvo para consumo humano, cuando venzan las licencias otorgadas para importar. Lo que se espera ocurra entre julio y septiembre de este año.
Para otros derivados lácteos, como yogures, leche de uso industrial y de larga duración, se mantendrá el modelo de importación directa de la industria privada.
En lo que respecta a la importación de azúcar, el suministro para la industria de refrescos y jugos está exclusivamente en manos de CASA. Debiéndose importar cerca de 800 mil toneladas de azúcar para cubrir el déficit de la producción nacional.
Déficit de producción
La leche y azúcar deben ser importados porque no alcanza la producción nacional para abastecer el consumo en Venezuela. Entre las causas de este déficit, de estos dos productos básicos, se encuentran la inseguridad jurídica en el campo, caracterizada por las ocupaciones, invasiones y expropiaciones, alentadas o adelantadas por el gobierno, así como también la inseguridad personal, que se presentan en forma de secuestros, robos, cobro de vacunas, chantajes y hasta el asesinato de los productores.
Por otra parte, el prolongado control de precios, la inamovilidad laboral, los controles para el traslado de cosechas y animales, la expropiación de Agroisleña (que afectó tanto el suministro de insumos para la agricultura, como el financiamiento de las cosechas), ha desestimulado la actividad de cultivo y cría.
En lo que respecta a los predios expropiados, dedicados al cultivo de caña de azúcar, la industria señala la caída vertiginosa de la producción en estos predios, antes en manos privadas. En la prensa abundan los reportajes fotográficos del estado de abandono de estas tierras.
Entre el 2005 y el 2010, la producción de la caña molida cayó -34%, y aumentando en cuatro veces la importación de azúcar para el período 2005-2009. (datos de Fedeagro)
En el 2008, se importaron 35 mil toneladas de leche del exterior. Para este año se esperan importar 170 mil toneladas. La importación de leche ha crecido casi 5 veces en 3 años. (datos de Fedenaga)
El modelo único y sus riesgos
El modelo único de gestión, para la importación de la leche y el azúcar, llevará al desabastecimiento de estos productos. Lo que ocurre cuando se monopolizan las compras. Un esquema en el que se venía avanzando desde que el gobierno implantó el control de cambio. No centralizaba las compras, pero si filtraba las importaciones.
El nuevo esquema de importación única puede conducir a una mayor corrupción en el manejo de las compras, de la importación y de la distribución, una vez se encuentren estos productos en el territorio nacional.
Cuando hay un solo proveedor de un producto, como ocurre en estos momentos con el aluminio, el cemento, o los hidrocarburos, entre otros, el modelo conduce al establecimiento de “cuotas”. En el caso de Venezuela, donde el Estado ha venido estatizando la manufactura de estos productos básicos, la producción cae, lo que somete el proceso de adjudicación de las “cuotas” a las tentaciones de los manejos de la corrupción. La oferta es escasa, el control de precios no permite que operen las leyes de mercado-por lo que el precio no puede subir-, y cómo el comprador es propenso a pagar más por la escasez, los funcionarios que asignan las cuotas se ven tentados a cobrar comisiones. Eso suele ocurrir con estos esquemas. Es una probabilidad, bastante probable.
Por otra parte, el sistema de control de precios, impide que operen las razones de mercado. Lo que tiene como consecuencia inmediata la caída de la producción nacional de esos insumos. Lo que a su vez impulsa la importación.
Este incremento de las importaciones, en este caso realizadas únicamente por el Estado, impulsa el establecimiento de empresas de maletín que surgen a la sombra de los compradores oficiales. Empresas registradas en el exterior, que tiene la particularidad de ser propiedad de venezolanos, que a su vez se designan a si mismo representantes en Venezuela para empujar localmente las compras y tramitaciones.
A parte de lo poco ético del modus operandi, y probablemente con visos de ilegalidad, la casi totalidad del beneficio obtenido por estas empresas no se invierte en el país, a pesar de ser propiedad de venezolanos. Lo que tiene un impacto negativo sobre la economía. Es un dinero que no circulará en el país. No generará pago de impuestos, ni por la importación, ni de IVA, ni por la renta, que se desalará en el exterior, y muy probablemente, en paraísos fiscales.
Para tener idea, de lo que representa el negocio del azúcar y de la leche, basta con pensar cuanto se meterá en el bolsillo, con este esquema único de importación, el que compra y el que vende, cada vez que un venezolano se tome un café con leche y azúcar.
Fuente: con información de El Nacional (Katiuska Hernández), Fedeagro, Fedenaga, Redacción